Hoy os vengo a hablar de la sastrería como forma de vestir. Estamos acostumbrados a vernos vestidos con prendas industrializadas, pero, solo con ojear revistas de moda o navegar por internet, descubrimos tiendas que confeccionan sus productos personalizados destilando creatividad y buen gusto. Como ya sabéis la confección en las sastrerías es artesanal y como a mi me encanta el HANDMADE no he podido evitar escribir un poco sobre este tema.
Para ello voy a utilizar esta tienda,
PUGIL que es de reciente creación (desde el 1 de septiembre del 2014) y ademas me encanta lo que hacen.
Durante la Francia de Luis XIV, siglo XVII, se empezó a dar importancia a la moda y se implantó un conjunto de indumentaria que tras ir evolucionando con el paso del tiempo se mantendrá durante unos cientos de años.
Siguiendo con el ejemplo de Luis XIV, el Rey Carlos II de Inglaterra revolucionó la idea del vestido masculino que a la postre sería el germen del nacimiento del traje moderno a mediados del siglo XIX.
Se podría decir, en lo que a sastrería se refiere, que la moda inglesa es mucho más clásica, mientras que la italiana, española o francesa son más innovadoras.
Durante todo este periodo evolutivo, tanto en el traje masculino como en los vestidos de mujer estaba muy presente la confección artesanal, pero con el progreso del capitalismo a mediados del siglo XX y el aumento de la demanda, aparece el prêt a porter y la confección industrial para suplir a las masas de una moda poca duradera en el tiempo.
Con esto no quiero criticar a los grandes productores de ropa que hacen posible que mucha gente, entre las que me incluyo, se pueda vestir a la moda a un precio asequible, sino más bien marcar una diferencia entre esa moda de masas y los excelentes productos que podemos encontrar en las tiendas, que como PUGIL, han apostado por el traje artesanal, la elegancia y el trato diferenciado como una forma diferente de vestir a sus clientes.
PUGIL store&fabric es una tienda de hombre con producto 100% made in Spain con una fabricación casi artesanal de sus prendas. En ella podemos encontrar a un equipo de cuatro socios, Martín, Mariana, Carlos y Nacho, que conforman las esquinas de un cuadrilátero, cuadrilátero que es el emblema de la tienda y en el que esta nueva marca podrá medirse y demostrar su valía.
Para estos cuatro emprendedores es fundamental el trato personal, así que en PUGIL siempre serás atendido por uno de ellos. Esto que parece baladí, a mi me parece la clave del éxito para alguien que quiera alcanzar la cima en lo que respecta a su negocio.
Al igual que en un buen restaurante donde los fogones están a la vista, en PUGIL dan protagonismo a su mesa de trabajo de sastrería, colocándola en el mismo espacio formando un "todo" con la tienda. Concepto éste, que como decoradora, atrae toda mi atención.
Todos sabemos que fabricar en un país asiático es más barato que fabricar en España, pero en PUGIL apuestan por la producción nacional, porque aunque sea más cara les permite garantizar el proceso y la calidad del producto. Como podéis apreciar en las imágenes que arriba os muestro, hay detalles como los ojales y el picado de solapas que están hechos a mano 100%.
Como me comenta Nacho, uno de los propietarios, estaban un poco aburridos de la típica tienda con formato o bien británico o bien italiano, así que han querido crear un concepto más neoyorquino ambientado en los años 30, un estilo digamos... nostálgico-contemporáneo en el que se mezclan los tejidos de antaño con el patronaje de tendencia.
En definitiva, un equilibrio entre tradición e inconformismo.
Si alguien está pensando en comprarse un traje, que no dude en visitar PUGIL, no os vais a arrepentir, bajo mi humilde opinión es una mezcla de un exquisito gusto y las cosas bien hechas a precios muy competitivos.
Por último, quiero desde mi pequeño blog, desearles suerte y felicitarles por tan bonito proyecto.